Nota: 10
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII el colonialismo de las potencias europeas, excepto en América, se había limitado al intercambio de productos con los pueblos indígenas. Sin embargo, durante la etapa imperialista (1870-1914) las potencias metropolitanas buscaron el dominio completo, político, económico y territorial de sus colonias.
Cuando una potencia industrial ocupaba una colonia lo hacía siguiendo tres fases o etapas:
- La ocupación de la colonia en forma de conquista. Para ello la potencia metropolitana utilizaba todos los adelantos militares de los que disponía por ser superiores a los de los pueblos o países a los que quería conquistar.
- El control político y administrativo. Lo ejercía una minoría de europeos: el gobernador y los altos funcionarios se ocupaban de la administración y los mandos militares mantenían el orden reprimiendo las revueltas indígenas.
- La organización de la economía colonial. Esto suponía la explotación de los recursos naturales y humanos del territorio, con el objetivo de abastecer a la metrópoli de materias primas y fuentes de energía. Luego, la colonia compraba los productos elaborados en la metrópoli.
Cada colonia tuvo un valor concreto para la metrópoli:
- Las colonias de explotación eran territorios de interés económico. La población indígena era gobernada y administrada por una minoría de población blanca originaria de la metrópoli que explotaba económicamente la zona (por ejemplo, India, por parte de Reino Unido).
- Las colonias de poblamiento tenían un valor socio-económico. La mayoría de la población era emigrante de la metrópoli. Eran consideradas provincias de ultramar y disfrutaban de cierta autonomía en el gobierno (por ejemplo, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, que estaban bajo el dominio de Reino Unido).
- El protectorado era un territorio de interés estratégico. La población indígena mantenía su propio gobierno y administración, pero bajo la supervisión de la metrópoli que asumía el control de la política exterior y la defensa de la zona (por ejemplo, Marruecos, por parte de Francia y España, o Egipto por parte de Reino Unido).
Importante
EXPLORADORES DE NUEVOS TERRITORIOS
Los exploradores y los misioneros fueron los primeros en entrar en los nuevos territorios. Destacaron el británico Henry Morton Stanley, el alemán Karl Peters y el francés Pierre de Brazza. Estos, enviados por sus gobiernos, marcaron la zona de influencia que pertenecía a sus países. Su forma de actuar, en algunos casos, fue de dominación y los indígenas se sintieron acosados en su territorio debido a la superioridad armamentística de los europeos.
Henry Morton Stanley.
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