Aprende Historia 4ESO
miércoles, 20 de junio de 2018
Diario de Clase (7/06/18)
Empezamos la clase, poniendo el maestro un par de frases en la pizarra: Desde el obismo La balada de la cárcel, fue dos años de cárcel por ser homosexual. Oscar Wilde, es un escritor. El comienzo de una oración cristiana, es un canto religioso que antes se usaba mucho y es del latín. En el reinado de la reína Victoria, si eras homosexual ibas a la cárcel. Nos explica después la etimología de lesbiana que es lesmo. Y pasamos a seguir corrigiendo las preguntas del documental que nos había mandado.
Nos explica también que en ruso y turco hay un fonema que está entre la c y la j y se le transcribe como la Kh, y los sonidos vocálicos , no son los mismos en todas las lenguas. Nos dice, que Finlandia tiene mejor educación, más dineros y más vacaciones que España y tiene un nivel de vida muy alto y es un país muy desarrollado. El franco tirador más grande del mundo fue utilizado en la guerra de invierno. Los soldados no se preocupaban que se murieran los oficiales , y los cuerpos nazi mataron a muchos judíos , fusilados. Los soviéticos lucharon contra los alemanes en solitario durante dos años, y Stalín quería un segundo frente. Un desembarco aliado en Europa que aliviara el sufrimiento soviético. Alfinal en la segunda guerra mundial, la URSS de Stalín se queda un pedazo de Polonia y le da a Polonia un pedazo de Alemania , para compensar y los alemanes que vivían en el pedazo que le dan a Polonia, lo echaban y los mandaban a lo que quedaba de Alemania y a los Polacos los echaron también y los mandaron a lo que, quedaba de Polonia, y fue bueno para nosotros porque por esas expulsiones hoy son casi todos estados que hablan el mismo idioma y es más difícil que haya causa de guerra. A continuación nos pone un pequeño video los últimos 5 minutos de clase.
martes, 19 de junio de 2018
1.4.
Falta el título
Más de diez faltas de ortografía y errores de transcripción
Nota: 0
Más de diez faltas de ortografía y errores de transcripción
Nota: 0
El
movimiento revolucionario de 1848 fue un fenómeno de dimensiones
europeas, aunque de nuevo fue en Francia donde saltó la chispa. Fue
el final del ciclo revolucionario abierto en 1815 contra la hegemonía
de las monarquías absolutistas. Lo ocurrido en 1848 demostró la
fuerza de las identidades nacionalistas. Y también los límites del
liberalismo político, dividido entre las constituciones moderadas
apoyadas por la alta burguesía (sufragio censitario y derechos
ciudadanos controlados) y la presión popular en sabor de la
democracia (sufragio universal y reformas sociales). Las clases
trabajadoras empezaron a tener voz propia, cada vez crítica con el
orden social capitalista.
El
mal estar social generalizado que existía en toda FALTA UNA PALABRA en 1848 estaba
motivado, en parte, por la crisis de su subsistencia producida en los
años anteriores. Las malas cosechas de cereales y la carestía de
los alimentos de primera necesidad empeoraron las condiciones de vida
de las clases populares. La crisis agraria afectó también a la
industria, y fue empobreciendo a los artesanas y a los obreros.
En
febrero de 1848, la medida autoritaria impuesta por el gobierno
francés desencadenaron una amplía revuelta popular. Ante el
malestar y las protestas sociales, el gobierno había prohibido las
reuniones políticas. La guardia nacional se negó a disparar contra
manifestaciones populares. La prisión de las barricadas llegó hasta
el Palacio Real y provocó la huida de Luis Felipe de Orleans.
Se
proclamó la segunda república y un gobierno provisional instauró
el sufragio universal masculino, abolió la pena de muerte y la
esclavitud y desconoció los derechos sociales de los trabajadores
(reducción de jornada laboral, talleres nacionales para parados y
derecho de huelga).Los motines y los enfrentamientos ocurridos unos
meses más tarde pusieron de relieve la división entre las
aspiraciones de las clases populares y los intereses de la burguesía
que apoyó la represión del ejercito y la creación de un gobierno
de orden y represor de los movimientos populares. Napoleón Bonaparte
logró la presidencia de la nueva república en 1849. Dos años más
tarde dio un golpe de estado y se proclamó Emperador con el nombre
de Napoleón III. Era el inicio en Francia de la época del segundo
imperio.
El
fuego de los sucesos revolucionaron franceses se convirtió en un
incendio que afectó a media Europa. En Austria las protestas y las
manifestaciones populares que se adueñaron de las calles de Viena
consiguieron la destitución de Metternich y la abdicación del
emperador austriaco, Fernando I. Su sucesor Francisco José I, que
disfrutó de un larguísimo reinado (1848-1916), se vio obligado a
aceptar la abolición de la servidumbre feudal y a promulgar una
constitución liberal. Pero el nuevo parlamento se negó a aceptar la
reivindicaciones nacionalistas de los distintos pueblos que
integraban el imperio austro-húngaro. Las tropas imperiales
aplastaron los levantamientos producidos en plagas, en varias
ciudades Hungría, en el norte de Italia, en Nápoles y en los
Balcanes.
Revolución
de 1848. Fotografía tomada durante una de las cuatro jornadas de
junio que provocaron varios miles de muertos en París, entre los
insurgentes y las fuerzas gubernamentales. A partir de mediados del
siglo XIX, la fotografía va a convertirse en un tipo de documento
fundamental para la investigación histórica.
Las
revueltas populares se extendieron también por muchos Estados
alemanes. Se llegó a formar el parlamento alemán Fráncfort
dispuesto a aprobar una constitución unitaria de carácter liberal.
Pero el rey de Prusia, Federico Guillermo, se negó a aceptar una
constitución basada en el sufragio universal y disolvió el
parlamento.
La
mayoría de las revoluciones que se llevaron a cabo en 1848
terminaron ahogadas en sangre. Pero su fracaso no fue absoluto. En
toda la Europa del este, excepto en Rusia desapareció la servidumbre
del campesinado y las herencias del feudalismo.
El
sistema parlamentario constitucional se impuso en la mayoría de los
países del continente, completando el proceso de las revoluciones
burguesas. Aunque triunfó el liberalismo moderado de base
censitaria, las demandas democráticas quedaron incorporada a ideario
progresista y republicano. Las protestas populares demostraron la
capacidad de actuación de las masas en las calles y la fuerza
creciente de una nueva clases social, el proletariado. Y la derrota
del nacionalismo fue solo temporal ya que dio inicio a un largo
proceso de luchas y de movilizaciones políticas.
Combates
en las calles de Berlín.
El
18 de marzo de 1848 , los habitantes de Berlín ya sabían lo que
había ocurrido en París y en Viena los días anteriores. Un grupo
de manifestantes acudieron al Palacio Real, y el hermano del rey, el
príncipe heredero Guillermo, ordenó abrir fuego contra la multitud.
Eran las dos de la tarde; grupos de hombres corrían por toda la
ciudad, aterrorizados y gritando que se estaba asesinando a los
manifestantes ante el palacio.
Toda
la ciudad se convirtió en un polvorín. En la Köningstrasse se
levantaron dos barricadas, firmemente asentadas con carruajes,
omnibuses, fardos de paño, maderas y otros elementos. En los tejados
de las casas, hombres y mujeres, con ladrillos en las manos,
esperaban a los soldados. Todo el mundo se armó como pudo: hachas,
lanzas, pistolas y garrotes. Durante más de diez horas se luchó
contra las tropas, que llegaron a contar con unos doce mil soldados y
treinta cañones de pequeño calibre.
El
rey, Federico Guillermo IV, lanzó un mensaje <<a los queridos
berlineses, amados súbditos prusianos>> para que detuviesen
aquel derramamiento de sangre. Sin embargo, el llamamiento no surtió
efecto y los revolucionarios consiguieron desalojar a los militares
de algunas calles. El rey se vio obligado a retirar el ejército.
Cuando los muertos en las barricadas fueron llevados delante del
Palacio Real, el rey apareció en el balcón. El pueblo le exigió
que se descubriese delante de los cadáveres y él, pálido y
atemorizado, así lo hizo.
Batalla entre civiles y soldados en Berlín los días 18 y 19 de marzo de 1848.
domingo, 17 de junio de 2018
1 El imperialismo y sus causas
Cinco errores de ortografía y copia del texto
Nota: 5
Nota: 5
En la
segunda mitad del siglo XIX, algunas potencias europeas, y poco
después Japón y Estados Unidos, pasaron a dominar extensos
territorios del planeta dando lugar al imperialismo moderno, por el
que grandes imperios ultramarinos sustituyeron a los que habían
surgido a partir del siglo XV. Las explicaciones sobre las causas de
este proceso son diversas, y varían según la óptica de los
autores.
1.1. Las causas
económicas
Para autores
socialistas, como Rudolf Hilferding, Rosa Luxemburgo o Lenin, las
principales motivaciones de la expansión imperialista eran de índole
economista. Según esta línea argumental, el imperialismo sería la
consecuencia lógica del capitalismo en su voraz búsqueda de
materias primas y fuentes de energía así como de mercados para los
excedentes de producción y capital:
- Búsqueda de materias primas y fuentes de energía. La Segunda Revolución Industrial multiplicó las necesidades de las grandes potencias en tal sentido, por lo que la búsqueda de fuentes de abastecimiento se convirtió en una cuestión crucial para el mantenimiento de de la actividad industrial.
- Busqueda de mercados. La crisis económica de 1873 provocó un giro hacia el proteccionismo económico. Este hecho coincidió con la aparición de nuevos países competidores, lo que hizo precisa la búsqueda de nuevos mercados en los que distribuir la producción.
La excesiva
competencia en el mercado interior dificultaba la obtención de
beneficios y, por ello, las colonias fueron vistas como una
oportunidad para invertir. La construcción de infraestructuras
asociada a la expansión colonial fue una oportunidad idóneas para
rentabilizar esas inversiones.
1.2. Las
causas demógraficas
A lo largo del siglo
XIX el continente europeo había experimentado un sostenido
crecimiento de población como consecuencia de los cambios sociales y
económicos registrados desde finales del siglo XVII debido al
desarrollo de la sociedad industrial y a una progresiva mejora de las
condiciones de vida.
La posibilidad de
disponer territorios hacia los que poder dirigir los excedentes de
población resultó clave en la expansión imperial europea y terminó
provocando la emigración de millones de europeos a territorios
ultramarinos en busca de oportunidades. En ocasiones, fueron estos
colonos los que demandaron apoyo de sus gobiernos para ocupar y
colonizar territorios.
La contrucción de
vías férreas en las zonas colonizadas se convirtió en una
prioridad para acceder a los recursos, al tiempo que ofrecía nuevas
oportunidades de inversión a los capitales europeos.
1.3. Las
causas políticas
La posesión de extensos dominios se identificaba como
un motivo de prestigio nacional, por los que muchos gobiernos se
lanzaron a políticas imperiales. Junto a ello, la rivalidad
territorial entre potencias llevó a que se ocupasen tierras para que
ocupasen tierras para evitar la expansión del rival:
- Francia. Tras la derrota en la Guerra franco-prusiana (1870-1871), el dominio colonial fue una fórmula para recuperar el prestigio perdido, hecho que explica la intensificación de la expansión imperialista durante la Tercera República.
- Alemania. El nuevo Estado se convirtió en una gran potencia mundial que consideraba la expansión una consecuencia lógica de su estatus internacional.
- Reino Unido. La necesidad de poseer enclaves de apoyo a la marina y el comercio jugó un importante papel en el caso del imperialismo británico.
1.4. Las
causas ideológicas
El
nacionalismo propio de la época fundamentada el progreso de un país
en su extensión territorial. Asimismo, se justificaba la expansión
imperialista por la creencia en la misión civilizadora de la raza
blanca, e considerarla superior al resto y con el cometido de llevar
la civilización a los pueblos indígenas.
Su
justificación procedía de dos fuentes: la teoría del progreso y el
darwinismo social, según el cual la civilización occidental estaría
en la cúspide del desarrollo evolutivo de la humanidad. Este punto
de vista desembocó en un marcado racismo. Fue el caso de algunas
narraciones de Rudyard Kipling, que transmiten la idea del destino de
Gran Bretaña de llevar su civilización a los pueblos salvajes.
En
relación con ello , el deseo de descubrir y cristianizar nuevos
territorios llevó a emprender numerosas expediciones realizadas por
exploradores y misioneros. Fue el caso de las de Caillié,
Livingstone o Stanley en África, que se adentraron en territorios
desconocidos hasta ese momento. En Asia, las teorías sobre la
supremacía racial encontraron su refeljo en el imperialismo japonés.
Diario de clases 15-06-2018
Faltaba la etiqueta 0 Tercera evaluación
Faltan imágenes, enlaces y ampliación
Nota: 6
Faltan imágenes, enlaces y ampliación
Nota: 6
Empezamos la clase leyendo la página
315. Después nos explicó que en la guerra civil mataron a miles de
pontaneses y los enterraron en fosas comunes añadiendo que el
ayuntamiento de Puente Genil ha aprobado una ley para sacarlos
identificarlos y entregárselos a sus familias. Después de eso
comparamos el porcentaje de lo que gastamos en comida y vimos que
hace 60 años se gastaba mucho mas que ahora por la escased de los
alimentos.
Más tarde el maestro nos explicó
que en franquismo se aprobaron leyes como el derecho a la sanidad, a
la educación pero no se cumplieron . Después vimos que a las
afueras de las ciudades habían barrios de chabolas y estos eran que
socialmente aceptada porque era lo normal. En estos barrios vivían
millones de españoles.
Continuamos con la página 316 donde
observamos una fotografía de una aula en el franquismo y en estas
aulas eran obligatorio tener una foto de Franco y de Jose Antonio
Primo De Rivera. Al ver esta imagen el maestro nos explicó que la
educación era privada y que sacaban a los niños muy jóvenes para
trabajar.
En otra imagen vimos la pobreza en
España con una fotografía de una familia pobre. Por último vimos
en analfabetismo en España observando que el porcentaje es muy alto
respecto a Europa.
4.3. La Guerra Civil española
Tres faltas de ortografía
Nota: 7
Nota: 7
4.3.La
Guerra Civil española.
La Guerra
Civil fue un conflicto bético, que se desarrolló entre 1936 y
1939, en el que se enfrentó la población española. El resultado
final de la contienda fue la sustitución de la república, como
forma de gobierno, por una dictadura encabezada por el general
Francisco Franco.
|
Las causas
del estallido de la guerra.
El
17 de julio de 1936 un sector del Ejército, el más conservador y
antirrepublicano, se sublevó en Marruecos contra el Gobierno de la
República. El 18 de julio la sublevación, dirigida por los
generales Emilio Mola, José Sanjurjo y Francisco Franco, se extendió
por la península.
Las
causas que motivaron el alzamiento militar fueron varias:
- El deseo de acabar con el desorden público (manifestaciones, huelgas, atentados contra políticos, empresarios, sindicalistas,etc.) provocado por los militares de extrema derecha y extrema izquierda. El temor a una revolución proletaria que instaurase en España un régimen comunista.
- El rechazo a las reformas republicanas que había provocado el descontento de la Iglesia, por la secularización de la enseñanza; de los terratenientes, por el reparto de los latifundios; de los empresarios, por la reforma laboral; y del Ejército, por reducir su protagonismo político.
- El interés por acabar con la república, como forma de gobierno, y restablecer el orden político y social anterior a ella.
Los
generales Francisco Franco y Emilio Mola
LOS
BANDOS ENFRENTADOS Y LAS AYUDAS INTERNACIONALES
El alzamiento militar del 18 de julio
de 1936 se transformó en una guerra civil por la resistencia que
opusieron los republicanos. El resultado fue la división de
España en dos bandos:
El republicano, representado por
Manuel Azaña, presidente de la República. A nivel internacional
recibió los siguientes apoyos:
|
Miembros de las Brigadas
Internacionales.
El bando sublevado o nacional,
liderado por el general Francisco Franco, y reconocido por los
sublevados como máxima autoridad política y militar. Recibió la
ayuda de:
|
El
desarrollo de la guerra
Durante
la contienda los frentes fueron cambiando según los objetivos
militares.
- Marcha hacía Madrid. Los subievados, dirigidos por el general Franco, intentaron ocupar Madrid, sede del gobierno republicano, pero fueron rechazados en las batallas del Jarama y Guadalajara.
- Campañas del Norte. El siguiente objetivo de Franco fue tomar Asturias, Cantabria y País Vasco (que había conseguido su Estatuto de Autonomía en octubre de 1936), zona minera e industrial. En esta fase se produjo el bombardeo de Guernica ( Vizcaya ), en 1937, por la Legión Cóndor (aviación nazi)
- Batalla del Ebro. Los republicanos iniciaron la batalla del Ebro para frenar el avance de los sublevados hacia Cataluña. Franco ganó la batalla y en enero de 1939 entró en Barcelona.
- Fin de la guerra. En marzo, el Ejército Nacional tomó Madrid y el 1 de abril de 1939 terminó la guerra.
Las
consecuencias de la Guerra Civil
Las
principales consecuencias fueron las siguientes:
- Políticas. Se impuso un régimen autoritario (dictadura) que no buscó la reconciliación con los republicanos sino todo lo contrario, su aniquilación.
- Económicas. Las pérdidas económicas fueron cuantiosas por la destrucción de las infraestructuras y vías de transporte (puentes, puertos, red ferroviaria, carreteras...), las zonas industriales y las viviendas. La producción agraria e industrial descendió un 25% y se vivieron situaciones de miseria absoluta.
- Demográficas. De una población total de 25 millones de españoles, la Guerra Civil, causó medio millón de muertos y otro medio millón de exiliados republicanos, que se refugiaron en Latinoamérica y Francia.
- Culturales. La represión ideológica se realizó a través de la educación y la cultura. Muchos docentes fueron destituidos, e incluso ejecutados; pare de los intelectuales fueron asesinados (García Lorca) o se exiliaron (Antonio Machado, Buñuel, Alberti...)
IMPORTANTE
Características de las dos zonas.
En la zona republicana la autoridad se
encontraba fragmentada entre el Gobierno central, que organizó un
Ejército Popular formado por milicianos (civiles militarizados),
y los diferentes grupos revolucionarios (anarquistas, socialistas)
que imponían su autoridad en las zonas que no controlaba el
Gobierno.
La zona sublevada o
nacional estaba bajo la autoridad del general Francisco
Franco, que impuso un régimen autoritario (dictadura). Era un
bando unificado.
|
3.2.- LOS TRANSPORTES
Faltaba la etiqueta 0 Tercera evaluación
Una falta de ortografía
Nota: 8
Al mismo tiempo que evolucionaba el proceso de industrialización, se produjo una verdadera revolución de los transportes. El primer paso se dio en Gran Bretaña, en la segunda mitad del siglo XVIII, con un extenso programa de construcción de carreteras y canales. Pero el cambio revolucionario llegó cuando se consiguió aplicar la energía de la máquina de vapor al transporte. El uso de la máquina de vapor en el transporte terrestre (ferrocarril) y marítimo (barco de vapor) transformó la imagen del mundo que tenían los contemporáneos. El tiempo empleado en los viajes disminuyó de forma espectacular, los desplazamientos de pasajeros y mercancías se hicieron más seguros y baratos, y el gran volumen de carga redujo los costes de transporte de materias primas y productos elaborados.
En 1814, George Stephenson construyó la primera locomotora de vapor y en 1829 obtuvo la concesión para construir la primera línea de ferrocarril, entre Liverpool y Manchester, inaugurada al año siguiente. En 1850, cuando las líneas ferroviarias comenzaban a tenderse en los países de Europa occidental y Estados Unidos, la red británica conectaba ya todos los centros industriales y mineros con los puertos y las ciudades más importantes y contaba con 10000 km de líneas férreas. El ferrocarril se convirtió en el motor principal de la industrialización. En apenas veinte años, entre 1830 y 1850, en Gran Bretaña se triplicó la producción de hierro y carbón. Y con el tendido ferroviario creció también el capitalismo financiero. Se crearon muchas compañías y sociedades de inversión, que se lanzaron a la construcción de ferrocarriles, una vía para invertir una parte de la riqueza acumulada por industriales y hombres negocios.
La navegación a vapor se inició antes, pero tuvo un progreso más lento. En 1807, el barco de vapor ideado por Robert Fulton recorrió el río Hudson. Durante décadas, los buques de vela convivieron con los de vapor. A mediados del siglo XIX, los barcos de rueda de paletas fueron sustituidos por los de hélice, mucho más potentes y mejor preparados para las travesías transatlánticas. En las décadas posteriores aumentó el tonelaje y la velocidad de los barcos, y comenzó la fabricación de cascos de hierro y de acero, arrinconando a los últimos veleros de madera.
El 15 de septiembre de 1830 se inauguró oficialmente la línea de ferrocarril que unía las ciudades inglesas de Liverpool y Manchester. Los trabajos fueron dirigidos por George Stephenson, ingeniero mecánico, ayudado por su hijo Robert, también ingeniero.
Cinco años antes, George Stephenson había puesto en marcha la vía férrea entre Stockton y Darlington, en el noreste de Inglaterra, pero solo se utilizaba para el transporte de carga y empleaba también la fuerza de los caballos. La vía férrea Liverpool-Manchester fue la primera del mundo que funcionó solo con locomotoras de vapor y que se dedicaba tanto al transporte de viajeros como de mercancías.
La construcción de los 56 kilómetros de la línea suponía un desafío extraordinario para la ingeniería de la época. El ferrocarril tenía que resolver problemas técnicos, como la elección del trazado, la construcción de túneles, puentes y viaductos, la nivelación de las pendientes, la señalización o el aprovisionamiento de carbón y de agua. Los primeros trenes podían circular a 27 km/h. En muy poco tiempo, las mejores perspectivas se vieron superadas por el éxito económico y comercial de la línea férrea. Era el inicio de una revolución que transformaría por completo el transporte de larga distancia.
El éxito de la revolución Industrial dependía también de otros factores, como la expansión del comercio exterior y la creación de un sistema financiero que facilitara la concentración y circulación de capitales.
La revolución de los transportes hizo posible la integración de los mercados nacionales y propició el incremento del comercio exterior a larga distancia, acelerando las relaciones entre mercados, países y continentes. El ejemplo más claro es el de la producción textil británica. Su crecimiento continuado dependía de las importaciones baratas de algodón en rama y de las exportaciones de productos de algodón. En las décadas centrales del siglo XIX, los centros industriales de Gran Bretaña producían más de la mitad del algodón, del hierro y del carbón del mercado mundial. El volumen del comercio británico duplicaba al de Francia, su rival más próximo.
El proceso de industrialización necesitaba grandes inversiones de capital. En los primeros momentos, las empresas eran familiares y dedicaban una parte de sus beneficios a la mejora de su proceso productivo. Pero, con el paso del tiempo, la construcción de grandes instalaciones fabriles, infraestructuras de transporte y redes comerciales exteriores exigió la concentración de capitales.
Se crearon sociedades mercantiles formadas por varios inversores. El tipo más conocido es la sociedad anónima, empresas con un capital dividido en participaciones llamadas acciones. Los inversores tienen una responsabilidad que se limita a las acciones que adquieren. Las acciones cotizan en Bolsa, una institución financiera donde se compran y se venden las acciones emitidas por las compañías. También los bancos, de origen medieval, se convirtieron en modernas entidades de inversión. Y la circulación de capitales se benefició de las facilidades de pago (cheques, letras de cambio y pagarés) y de la difusión del papel moneda, emitido por los bancos nacionales.
El algodón, más apropiado para las nuevas hilaturas, fue el auténtico protagonista de la Primera Revolución Industrial.
El gran salón del Banco de Inglaterra, grabado de la obra de Rudolph Ackermann El Microcosmoss de Londres, publicada 1809. El ahorro industrial fue la principal fuente de financiación de las primeras industrias, pero la necesidad de una tecnología más evolucionada demandó mas capital. Hacia mediados del siglo XIX fue generalizándose la creación de sociedades y la venta de acciones industriales, y no tardarían en surgir las grandes familias de banqueros europeos: Hope, Rothschild, y Oppenheim, entre otros.
Una falta de ortografía
Nota: 8
Al mismo tiempo que evolucionaba el proceso de industrialización, se produjo una verdadera revolución de los transportes. El primer paso se dio en Gran Bretaña, en la segunda mitad del siglo XVIII, con un extenso programa de construcción de carreteras y canales. Pero el cambio revolucionario llegó cuando se consiguió aplicar la energía de la máquina de vapor al transporte. El uso de la máquina de vapor en el transporte terrestre (ferrocarril) y marítimo (barco de vapor) transformó la imagen del mundo que tenían los contemporáneos. El tiempo empleado en los viajes disminuyó de forma espectacular, los desplazamientos de pasajeros y mercancías se hicieron más seguros y baratos, y el gran volumen de carga redujo los costes de transporte de materias primas y productos elaborados.
En 1814, George Stephenson construyó la primera locomotora de vapor y en 1829 obtuvo la concesión para construir la primera línea de ferrocarril, entre Liverpool y Manchester, inaugurada al año siguiente. En 1850, cuando las líneas ferroviarias comenzaban a tenderse en los países de Europa occidental y Estados Unidos, la red británica conectaba ya todos los centros industriales y mineros con los puertos y las ciudades más importantes y contaba con 10000 km de líneas férreas. El ferrocarril se convirtió en el motor principal de la industrialización. En apenas veinte años, entre 1830 y 1850, en Gran Bretaña se triplicó la producción de hierro y carbón. Y con el tendido ferroviario creció también el capitalismo financiero. Se crearon muchas compañías y sociedades de inversión, que se lanzaron a la construcción de ferrocarriles, una vía para invertir una parte de la riqueza acumulada por industriales y hombres negocios.
La navegación a vapor se inició antes, pero tuvo un progreso más lento. En 1807, el barco de vapor ideado por Robert Fulton recorrió el río Hudson. Durante décadas, los buques de vela convivieron con los de vapor. A mediados del siglo XIX, los barcos de rueda de paletas fueron sustituidos por los de hélice, mucho más potentes y mejor preparados para las travesías transatlánticas. En las décadas posteriores aumentó el tonelaje y la velocidad de los barcos, y comenzó la fabricación de cascos de hierro y de acero, arrinconando a los últimos veleros de madera.
EL TENDIDO FERROVIARIO EUROPEO
El 15 de septiembre de 1830 se inauguró oficialmente la línea de ferrocarril que unía las ciudades inglesas de Liverpool y Manchester. Los trabajos fueron dirigidos por George Stephenson, ingeniero mecánico, ayudado por su hijo Robert, también ingeniero.
Cinco años antes, George Stephenson había puesto en marcha la vía férrea entre Stockton y Darlington, en el noreste de Inglaterra, pero solo se utilizaba para el transporte de carga y empleaba también la fuerza de los caballos. La vía férrea Liverpool-Manchester fue la primera del mundo que funcionó solo con locomotoras de vapor y que se dedicaba tanto al transporte de viajeros como de mercancías.
La construcción de los 56 kilómetros de la línea suponía un desafío extraordinario para la ingeniería de la época. El ferrocarril tenía que resolver problemas técnicos, como la elección del trazado, la construcción de túneles, puentes y viaductos, la nivelación de las pendientes, la señalización o el aprovisionamiento de carbón y de agua. Los primeros trenes podían circular a 27 km/h. En muy poco tiempo, las mejores perspectivas se vieron superadas por el éxito económico y comercial de la línea férrea. Era el inicio de una revolución que transformaría por completo el transporte de larga distancia.
3.3.- EL COMERCIO Y EL CAPITAL
El éxito de la revolución Industrial dependía también de otros factores, como la expansión del comercio exterior y la creación de un sistema financiero que facilitara la concentración y circulación de capitales.
La revolución de los transportes hizo posible la integración de los mercados nacionales y propició el incremento del comercio exterior a larga distancia, acelerando las relaciones entre mercados, países y continentes. El ejemplo más claro es el de la producción textil británica. Su crecimiento continuado dependía de las importaciones baratas de algodón en rama y de las exportaciones de productos de algodón. En las décadas centrales del siglo XIX, los centros industriales de Gran Bretaña producían más de la mitad del algodón, del hierro y del carbón del mercado mundial. El volumen del comercio británico duplicaba al de Francia, su rival más próximo.
El proceso de industrialización necesitaba grandes inversiones de capital. En los primeros momentos, las empresas eran familiares y dedicaban una parte de sus beneficios a la mejora de su proceso productivo. Pero, con el paso del tiempo, la construcción de grandes instalaciones fabriles, infraestructuras de transporte y redes comerciales exteriores exigió la concentración de capitales.
Se crearon sociedades mercantiles formadas por varios inversores. El tipo más conocido es la sociedad anónima, empresas con un capital dividido en participaciones llamadas acciones. Los inversores tienen una responsabilidad que se limita a las acciones que adquieren. Las acciones cotizan en Bolsa, una institución financiera donde se compran y se venden las acciones emitidas por las compañías. También los bancos, de origen medieval, se convirtieron en modernas entidades de inversión. Y la circulación de capitales se benefició de las facilidades de pago (cheques, letras de cambio y pagarés) y de la difusión del papel moneda, emitido por los bancos nacionales.
El algodón, más apropiado para las nuevas hilaturas, fue el auténtico protagonista de la Primera Revolución Industrial.
El gran salón del Banco de Inglaterra, grabado de la obra de Rudolph Ackermann El Microcosmoss de Londres, publicada 1809. El ahorro industrial fue la principal fuente de financiación de las primeras industrias, pero la necesidad de una tecnología más evolucionada demandó mas capital. Hacia mediados del siglo XIX fue generalizándose la creación de sociedades y la venta de acciones industriales, y no tardarían en surgir las grandes familias de banqueros europeos: Hope, Rothschild, y Oppenheim, entre otros.
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