domingo, 17 de junio de 2018

1 El imperialismo y sus causas

Cinco errores de ortografía y copia del texto
Nota: 5

   En la segunda mitad del siglo XIX, algunas potencias europeas, y poco después Japón y Estados Unidos, pasaron a dominar extensos territorios del planeta dando lugar al imperialismo moderno, por el que grandes imperios ultramarinos sustituyeron a los que habían surgido a partir del siglo XV. Las explicaciones sobre las causas de este proceso son diversas, y varían según la óptica de los autores.

1.1. Las causas económicas

   Para autores socialistas, como Rudolf Hilferding, Rosa Luxemburgo o Lenin, las principales motivaciones de la expansión imperialista eran de índole economista. Según esta línea argumental, el imperialismo sería la consecuencia lógica del capitalismo en su voraz búsqueda de materias primas y fuentes de energía así como de mercados para los excedentes de producción y capital:
  • Búsqueda de materias primas y fuentes de energía. La Segunda Revolución Industrial multiplicó las necesidades de las grandes potencias en tal sentido, por lo que la búsqueda de fuentes de abastecimiento se convirtió en una cuestión crucial para el mantenimiento de de la actividad industrial.
  • Busqueda de mercados. La crisis económica de 1873 provocó un giro hacia el proteccionismo económico. Este hecho coincidió con la aparición de nuevos países competidores, lo que hizo precisa la búsqueda de nuevos mercados en los que distribuir la producción.
   La excesiva competencia en el mercado interior dificultaba la obtención de beneficios y, por ello, las colonias fueron vistas como una oportunidad para invertir. La construcción de infraestructuras asociada a la expansión colonial fue una oportunidad idóneas para rentabilizar esas inversiones.

1.2. Las causas demógraficas
   A lo largo del siglo XIX el continente europeo había experimentado un sostenido crecimiento de población como consecuencia de los cambios sociales y económicos registrados desde finales del siglo XVII debido al desarrollo de la sociedad industrial y a una progresiva mejora de las condiciones de vida.
   La posibilidad de disponer territorios hacia los que poder dirigir los excedentes de población resultó clave en la expansión imperial europea y terminó provocando la emigración de millones de europeos a territorios ultramarinos en busca de oportunidades. En ocasiones, fueron estos colonos los que demandaron apoyo de sus gobiernos para ocupar y colonizar territorios.
La contrucción de vías férreas en las zonas colonizadas se convirtió en una prioridad para acceder a los recursos, al tiempo que ofrecía nuevas oportunidades de inversión a los capitales europeos.




1.3. Las causas políticas

     La posesión de extensos dominios se identificaba como un motivo de prestigio nacional, por los que muchos gobiernos se lanzaron a políticas imperiales. Junto a ello, la rivalidad territorial entre potencias llevó a que se ocupasen tierras para que ocupasen tierras para evitar la expansión del rival:
  • Francia. Tras la derrota en la Guerra franco-prusiana (1870-1871), el dominio colonial fue una fórmula para recuperar el prestigio perdido, hecho que explica la intensificación de la expansión imperialista durante la Tercera República.
  • Alemania. El nuevo Estado se convirtió en una gran potencia mundial que consideraba la expansión una consecuencia lógica de su estatus internacional.
  • Reino Unido. La necesidad de poseer enclaves de apoyo a la marina y el comercio jugó un importante papel en el caso del imperialismo británico.                   

1.4.   Las causas ideológicas


     El nacionalismo propio de la época fundamentada el progreso de un país en su extensión territorial. Asimismo, se justificaba la expansión imperialista por la creencia en la misión civilizadora de la raza blanca, e considerarla superior al resto y con el cometido de llevar la civilización a los pueblos indígenas.
     Su justificación procedía de dos fuentes: la teoría del progreso y el darwinismo social, según el cual la civilización occidental estaría en la cúspide del desarrollo evolutivo de la humanidad. Este punto de vista desembocó en un marcado racismo. Fue el caso de algunas narraciones de Rudyard Kipling, que transmiten la idea del destino de Gran Bretaña de llevar su civilización a los pueblos salvajes.
    En relación con ello , el deseo de descubrir y cristianizar nuevos territorios llevó a emprender numerosas expediciones realizadas por exploradores y misioneros. Fue el caso de las de Caillié, Livingstone o Stanley en África, que se adentraron en territorios desconocidos hasta ese momento. En Asia, las teorías sobre la supremacía racial encontraron su refeljo en el imperialismo japonés.

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