jueves, 7 de junio de 2018

5.La Europa napoleónica

Cuatro errores ortográficos
Nota: 6

                                 5.1. El Imperio napoleónico

                                         Una vez consolidado su poder en el interior, Napoleón proyectó una política internacional orientada a extender su dominio por toda Europa. Sus aspiraciones hegemónicas eran vistas con aprensión en el continente.

                                        Por ello, en el año 1803 se creó la Tercera Coalición, constituida por Reino Unido, Rusia, Austria, Nápoles y Suecia. El objetivo era frenar el avance napoleónico e impedir que los principios liberales prendieran en el resto de Europa.

                                        La excepción era España, aliada con Francia por los tratados de San Ildefonso (1796) y Aranjuez (1800). El 21 de octubre de 1805, la floja franco-española fue derrotada en la batalla de Trafalgar  por la marina británica, dirigida por el almirante Nelson. Este hecho consolidó el dominio naval de Reino Unido y decidió a Napoleón a planificar un bloqueo continental por el que los puertos europeos quedarían cerrados para el comercio británico.

                                         En el continente, Francia logró imponer su hegemonía. El 2 de diciembre de 1805 derrotó  a las tropas austro-rusas en la batalla de Austerlitz, lo que provocó la disolución de la Tercera Coalición y permitió a Napoleón crear la confederación del Rin como un protectorado francés en el que se abolió el absolutismo. Además, se proclamó rey de Italia y situó a sus hermanos y generales más próximos al frente de los Estados conquistados; así, mientras José Bonaparte sería nombrado rey de Nápoles, Luis Bonaparte fue aupado al trono de Holanda.

                                        Prusia propició la firma de una Cuarta Coalición, pero Napoleón logró nuevas victorias en Jena y Aueratadt (contra Prusia) y en Friedland (contra Rusia). Como consecuencia, se disolvió la coalición y se firmaron los tratados de Presburgo y Tilsit, que consolidaron el dominio francés del centro y el este del continente. Napoleón amplió si imperio con la cesión de territorios prusianos al reino de Westfalia y al Gran Ducado de Varsovia.

                                       Con el fin de completar el bloqueo impuesto a Reino Unido, Napoleón planeó la invasión de Portugal. Para ello, firmó el Tratado de Fontainebleau ( octubre de 1807), que otorgaba permiso a las tropas francesas para atravesar España. La presencia del ejército napoleónico aumentó la desconfianza de la probleción española, que se sublevó el  2 de mayo de 1808 dando comienzo a la guerra de la Independencia. La victoria de las tropas españolas en la batalla  de Bailén (19 de julio de 1809), obligó a Napoleón reforzar su presencia militar en España.

                                      Austria aprovechó para formar la Quinta coalición y enfrentarse de nuevo a Francia, pero salió derrotada en la batalla de Wagram. El Imperio napoleónico alcanzaba su máxima extensión.





                                               La historia en el cine
                                        Un clásico del cine que,pese a su antigüedad, continúa siendo una de las mejores recreaciones de la vida del emperador de Francia.



                                                     Napoleón Bonaparte

                                            Nacido en Córcega en 1769, se convirtió en general con apenas 25 años, en buena medida gracias a sus simpatías por los jacobinos y a su participación en las batallas contra la coalición antirrevolucionaria.

                                            Su éxito en las campañas italianas incrementó su popularidad, así como la desconfianza del Directoria ante sus ansias de poder.

                                             En 1798 encabezó una expedición a Egipto, tras la cual regresó  a Francia y se proclamó cónsul y emperador en 1804.
     
                                             Hasta 1813 fue el dominador incontestable de Europa, pero tras la derrota en la batalla de Leipzig fue obligado a abdicar y deportado a la isla de Elba, de donde regresaría poco después para ser nombrado de nuevo emperador.

                                              Ese efímero período, conocido como el de los Cien Días, concluyó tras la nueva derrota en Waterloo; finalmente fue confinado en la isla de Santa Elena, donde falleció en 1821.




                                                       5.2.El declive del imperio

                                                 En 1812, Napoleón invadió Rusia para garantizar el bloqueo de Reino Unido y evitar el ataque ruso a Polonia: mientras, la batalla de los Arapiles decantó la guerra en España del lado de la coalición hispano-británica.

                                                 El 7 de septiembre del año 1812, la Grande Armée francesa derrotó el ejército ruso en la batalla de Borodinó y avanzó hasta Moscú. El zar Alejandro I se negó a capitular y ordenó incendiar la capital.

                                                 Pero la llegada del invierno fue catastrófica para el ejército napoleónico, el cual, alejado de sus fuentes de suministro, tuvo que emprender una dura retirada en la que fallecieron decenas de miles de soldados.

                                                  Con las tropas francesas debilitadas, los enemigos de Napoleón organizaron una Sexta Coalición (1812-1814), que unió a Gran Bretaña, Rusia, Prusia, Suecia Y Austria. En España, el curso de la guerra obligó a firmar el Tratado de Valencay (1813), por el que se le devolvía el trono a Fernando VII.

                                                   En octubre de 1813 se libró la batalla de Leipzig, que marcó el fin Imperio napoleónico y la toma de París por los aliados. Por el Tratado de Fontainebleau Napoleón abdicó y fue enviado en la isla de Elba.

                                                    El descontento ante las pérdidas territoriales impuestas a Francia por los aliados provocó el retorno de Napoleón, en un período conocido como los Cien Días, hasta que fue derrotado en la batalla de Waterloo. Deportado a la isla de Santa Elena, permaneció allí hasta su muerte.

                                                    Pese a su destino final, Napoleón dejó una profundo legado en Europa. En los territorios conquistados implantó sus leyes  y un sistema constitucional, abolió la servidumbre y permitió la libertad de culto a la vez que reformaba la Administración. Su impacto fue definitivo para el final del absolutismo y el Antiguo Régimen.


                                   



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