Falta el último apartado, casi un cuarto del tema
Tres errores de transcripción
Nota: 4
Bloque 1. La edad dorada del capitalismo.
En la década de 1950 se produjo un desarrollo espectacular
en los países occidentales. Fue una etapa de crecimiento económico que se
prolongaría hasta mediados de la de 1970 y que se conocería como la edad dorada
de la economía capitalista.
1.1
La
consolidación del siglo americano
El siglo XX ha sido denominado el siglo americano por la
primacía mundial ejercida por Estados Unidos en los planos económico, político,
cultural y tecnológico, por su influencia sobre la cultura y la sociedades del
resto del mundo. Este dominio, que se manifestó en el triunfo del american way
of life, se asentaba sobre las siguientes bases:
*Liderazgo económico.
Estados Unidos no sufrió daños materiales durante la Segunda Guerra Mundial; es
más, desde 1941 su economía creció de forma espectacular, primero impulsada por
la guerra y después por la reconstrucción de posguerra. Al terminar el
conflicto, el producto interior bruto (PIB) de la economía estadounidense llegó
a ser la mitad del total mundial.
* Superioridad tecnológica. Favorecida
por la llegada desde Europa de muchos científicos durante la guerra y la
posguerra, esa ventaja tecnológica repercutió en el incremento de la
productividad y se convirtió en uno de los principales motores del crecimiento
de su economía
*Nuevo orden
económico internacional. Quedó establecido en los Acuerdos de Bretton
Woods, de 1944, que sentaron las bases del modelo económico de posguerra, al
convertir el dólar en la divisa internacional de referencia en sustitución de
la libra esterlina y situar en Estados Unidos las sedes de las nuevas
instituciones económicas (FMI y BIRD).
*Centro financiero
internacional. El epicentro financiero se trasladó de la City londinense a
Nueva York, cuya Bolsa, respaldada por las mayores reservas de oro del mundo,
incrementó espectacularmente su ritmo de operaciones.
*Reconstrucción de
Europa y Japón. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos
impulsó la reconstrucción económica de sus nuevos aliados, Europa occidental y
Japón. En el caso de Europa, las ayudas estadounidenses se canalizaron a través
del Plan Marshall.
*Internalización de
su economía. El liderazgo financiero y económico de Estados Unidos se
tradujo en la expansión internacional de sus empresas, que se convirtieron en
Las principales multinacionales del mundo.
1.2. El modelo keynesiano.
En 1936, el economista John M. Keynes publicó la Teoría general de la ocupación, el interés y
el dinero obra en la que defendía la economía social de mercado sustentada
en el intervencionismo del Estado como
redistribuidor de la riqueza e impulsor del crecimiento; el objetivo era evitar
las crisis económicas tras la amarga experiencia de la Gran Depresión de los
años treinta.
Sus planteamientos inspiraron el Informe Beveridge,
difundido en Reino Unido en 1942 y que planteaba la implantación de un nuevo
modelo social basado en las siguientes claves:
*Incremento de la
inversión pública. Para garantizar el crecimiento económico, el Estado se
convertiría en inversor de capitales a través del desarrollo de las
infraestructuras: ferrocarril, carreteras, aeropuertos, etc.
*Extensión de los
servicios. Con el fin de corregir los desequilibrios sociales, la sanidad
la educación las pensiones y otras prestaciones eran concebidas como desechos
básicos de los ciudadanos y, como tales, universalizadas.
*Nueva política fiscal.
Los gastos derivados de la inversión y la extensión de los servicios se financiarían
a través de un sistema fiscal de carácter progresivo y redistribuidor de la
riqueza, y basado más en los impuestos directos (renta, beneficios +
empresariales) que en los impuestos indirectos (al consumo).
*Déficit público.
L diferencia entre el gasto público y los ingresos públicos quedaría compensada
con el crecimiento económico futuro.
A estas medidas se añadieron en la Europa de posguerra otras
novedades: la implicación de los industriales alemanes, franceses e italianos
con los regímenes fascistas originó una intensa política de nacionalizaciones
que afectó a determinados sectores productivos; esta política también venía
motivada por la asunción, por parte de del Estado, del control de algunos
sectores en virtud de su carácter estratégico o de seguridad nacional (telecomunicaciones),
o porque el sector privado había dejado de tener interés en ellos (minería y ferrocarril)
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