LA CARRERA DE ARMAMENTOS EN LA GUERRA FRÍA

Nota: 10

 Páginas 238-239.

              ARMAS CONVENCIONALES Y NUCLEARES.

         Al terminar la Segunda Guerra Mundial, las dos superpotencias disponían de una enorme variedad de armas convencionales: tanques, aviones de combate, helicópteros, submarinos, etc. 

Pero fue el despliegue de armas no convencionales lo que se convirtió en la amenaza más grave durante la Guerra Fría.

         El arma principal fue la bomba atómica. En principio, solo disponía de ella Estados Unidos. Sin embargo, la Unión Soviética inició su propio programa para producirla, lo que consiguió en 1949.

         A partir de la década de 1950, el mundo se hizo cada vez más peligroso. En 1952, Estados Unidos hizo una nueva exhibición de poder armamentístico: realizó el primer ensayo con una bomba de hidrógeno (bomba H), la conocida como Ivy Mike. Era una bomba mucho más pequeña que la lanzada en Hiroshima en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial, pero 2.500 veces más potente.

         Por su parte, los soviéticos desarrollaron su propia bomba H. En 1961 detonaron la bomba Tsar, que se convirtió en la de mayor capacidad devastadora hasta ese momento.

         Al final de la década de 1960 había suficientes armas nucleares en el mundo como para acabar con el planeta varias veces.

                               EL TEMOR A UN ATAQUE NUCLEAR.

         El temor a un ataque con armas nucleares estuvo presente en la vida de los ciudadanos de muchos países durante la Guerra Fría. El Servicio de Defensa Civil de Estados Unidos publicó folletos en los que explicaba cómo protegerse de la radiación. Se recomendaba construir un refugio en las viviendas, preferiblemente en un sótano, en el que se contara con alimentos no perecederos y agua para 14 días, una radio que funcionara con batería, linternas, un botiquín y un servicio. Los edificios públicos también contaban con refugios atómicos.

         Al igual que en nuestros días se hacen simulacros de evacuación en caso de peligro, en las escuelas estadounidenses los niños realizaban simulacros, denominados <<agacharse y protegerse>>, para saber cómo actuar en caso de guerra nuclear.