jueves, 28 de diciembre de 2017

1 El Antiguo Régimen

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Nota: 9

      El Antiguo Régimen era el sistema político, social y económico vigente en Europa en el siglo XVIII. Se caracteriza por tener una sociedad estamental, una economía agraria y la monarquía absoluta como forma de gobierno.

Una sociedad desigual

    La sociedad estamental se organizaba en tres grupos llamados estamentos o estados: la nobleza, el clero y el pueblo llano o tercer estado. Los rasgos fundamentales de este tipo de sociedad eran:
  • La existencia de privilegios. Los dos estamentos privilegiados (nobleza y clero) poseían importantes ventajas respecto al pueblo, como ser juzgados por leyes especiales o no pagar impuestos.
  • El inmovilismo. La pertenencia a uno u otro estamento, salvo en el caso del clero, dependía del nacimiento y resultaba muy difícil ascender socialmente.     
     La nobleza se dividía en alta y baja nobleza. La alta nobleza tenía grandes propiedades, percibía ingresos por sus derechos señoriales y monopolizaba los altos cargos de la Administración y el Ejército. La baja nobleza, con peor situación económica, trató de emparentar con la burguesía adinerada.
    El clero se dividía también en alto y bajo clero. Los miembros del alto clero (obispos,arzobispos...) solían ser los hijos menores de las familias nobles. Los integrantes del bajo clero (sacerdotes, monjes, etc.), en cambio, procedían del pueblo.
    El pueblo llano o tercer estado era la mayoría de la población (campesinado y burguesía):
  • El campesinado era el grupo más numeroso, pero su influencia social era muy escasa. La mayoría trabajaba en las tierras de la nobleza o de la Iglesia como arrendatarios, jornaleros o siervos, y debía pagar rentas a los señores para explotar sus tierras. Los campesinos también pagaban impuestos al rey y entregaban el diezmo (décima parte de su cosecha) a la Iglesia. Los siervos no podían abandonar la tierra sin permiso de su señor.
  • La burguesía estaba formada por comerciantes, médicos, artesanos, etc. Parte de la burguesía había acumulado grandes fortunas, aunque su poder político era escaso y se limitaba al gobierno de las ciudades. La burguesía reclamó mayor participación en el Gobierno e igualdad jurídica, pero los privilegiados trataron de impedir que lograra estos objetivos.


Un sector agrario importante pero poco productivo 
     En el siglo XVIII, la agricultura y la ganadería eran las principales actividades económicas. En gran parte de Europa se practicaba una agricultura de subsistencia con herramientas rudimentarias, dedicada sobre todo al cultivo de cereales. La agricultura dependía fuertemente del clima y cuando se daban fenómenos meteorológicos adversos (sequías, inundaciones, etc.), se perdían las cosechas, escaseaban los alimentos, subían los precios y llegaban las hambrunas.

    La mayor parte de la tierra era propiedad de la nobleza y el clero. Las tierras de la nobleza no se podían dividir porque, al ser mayorazgos, la ley obligada a transmitir todo el lote al hijo mayor. Parte de las tierras del clero (bienes de manos muertas) tampoco podía venderse por estar bajo protección directa del rey. Por ello, muchas tierras no se explotaban o se trabajaban de forma inadecuada.

El desarrollo de la artesanía y el comercio    
    Las actividades artesanales eran controladas por los gremios. Estos eran asociaciones de artesanos del mismo oficio que regulaban la producción, lo que dificultaba las innovaciones. Los artesanos trabajaban en pequeños talleres, usando herramientas sencillas.

    La monarquía potenció la creación de manufacturas reales o reales fábricas. Eran instalaciones similares a grandes talleres artesanales, que se centraron en la elaboración de armas y artículos de lujo.

    El comercio exterior creció gracias al aumento de los intercambios con América y Asia. Las compañías privilegiadas, como la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, monopolizaban las relaciones comerciales en ciertas zonas del mundo, desde donde importaban a Europa té, algodón, etc. Así, la Corona y los propietarios de la compañía conseguían grandes beneficios.

    También se desarrolló el comercio triangular: los barcos europeos se dirigían a África, intercambiaban productos de poco valor por esclavos y los llevaban a América para venderlos. Con los beneficios que obtenían compraban algodón, azúcar, etc., que revendían en Europa.    


     
  
   

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