sábado, 30 de diciembre de 2017

9 Franquismo y transición en Andalucía

Faltan las imágenes
Cuatro errores de transcripción
Nota: 5

La economía andaluza en el franquismo

    En las primeras décadas de la dictadura, la agricultura, principal actividad económica de Andalucía. Presentaba numerosos problemas: concentración de la propiedad de la tierra, campesinado numeroso que percibía unos salarios muy bajos y padecía desempleo crónico… A mediados de la década de 1950 se inició una cierta modernización del campo que provocó un aumento del excedente de mano de obra.

    A mediados de los años setenta, la industria andaluza era escasa y se caracterizaba por el predominio de las actividades agroalimentarias. Para potenciar la industrialización se crearon los polos de desarrollo de Córdoba, Granada, Sevilla y Huelva. Las industrias no generaron puestos de trabajo suficientes y dependieron de las inversiones estatales, extranjeras o de otras zonas de España. Pese a ello, se estabilizaron en la región industrias químicas en Algeciras y Huelva; aeronáuticas y de construcción naval en Cádiz; y mecánicas, aeronáuticas y de gas en Sevilla.

    Como consecuencia de las difíciles condiciones económicas se produjo una intensa emigración, tanto al resto de España, especialmente a Cataluña y, en menor medida, a Madrid, Valencia y País Vasco, como a otros países (Alemania, Suiza, Francia…). Entre 1941 y 1970 más de 1.500.000 de andaluces emigraron.

   Desde la década de 1960 hubo un importante desarrollo del turismo del sol y playa en Andalucía, que se convirtió en uno de los motores de la economía del litoral, sobre todo en la Costa del Sol.

La oposición al franquismo en Andalucía

    La represión acabó prácticamente con cualquier forma de oposición al franquismo en Andalucía pese a ello, partidas de guerrilleros actuaron en las serranías de Córdoba, Granada y Málaga hasta comienzos de la década de 1950.

    Poco a poco fueron apareciendo grupos clandestinos contrarios al régimen a partir de la década de 1960 y se multiplicaron las huelgas y protestas. Destacó el sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.). También hubo grupos de oposición influidos por el catolicismo obrero, como HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y Juventud Obrera Católica (JOC).

    El PCE y, sobre todo el PSOE, se reorganizaron. En los años finales del franquismo se creó Alianza Socialista de Andalucía, que en 1984 pasó a denominarse Partido Andalucista (PA).


La transición en Andalucía

    En otoño del año 1977 se constituyó una Asamblea de Parlamentarios Andaluces que empezó a trabajar para lograr la autonomía para Andalucía. El 4 de diciembre de ese año más de un millón de andaluces se manifestaron pidiendo un régimen autonómico para la región. Fue un hecho histórico que supuso un importante impulso para el proceso de negociación por la autonomía.

    El 27 de abril de 1978 se concedió mediante Real Decreto Ley un régimen preautonómico para Andalucía. Se creó la Junta Preautonómica de Andalucía y se nombró a su primer presidente, el senador socialista Plácido Fernández Viagas.  

    El 4 de diciembre de 1978 se firmó el Pacto de Antequera, por el que once partidos políticos se comprometieron a conseguir una autonomía plena para Andalucía en el menor tiempo posible.
Dos días más tarde, se aprobó en referéndum la Constitución española, que establecía dos caminos posibles para acceder a la autonomía: 

  -La vía rápida (artículo 151 de la Constitución) permitía el acceso a la autonomía a cualquier región que lo aprobase en referéndum mediante el voto afirmativo de la mayoría absoluta del censo electoral de cada provincia. Esta vía era aplicable a las llamadas nacionalidades históricas: Cataluña, País Vasco y Galicia.

  -La vía lenta (artículo 143 de la Constitución) preveía un acceso progresivo, en cinco años, al régimen de autonomía.

    La Junta Preautonómica de Andalucía, que desde junio de 1979 contaba con un nuevo presidente, Rafael Escuredo, eligió acceder a la autonomía mediante los dispuesto en el artículo 151 de la Constitución y, por tanto, fijó la fecha del referéndum para el 28 de febrero de 1980. En todas las provincias andaluzas, excepto en Almería, venció el sí. Técnicamente, el referéndum se había perdido, pero quedó claro que la mayoría de los ciudadanos andaluces estaban a favor de la autonomía.
  
    El Gobierno y la Junta de Andalucía comenzaron las negociaciones para que Andalucía pudieron acceder a la autonomía por la vía rápida. Al final de llegó a un acuerdo y el 20 de octubre de 1981 se produjo un nuevo referéndum en el que todas las provincias andaluzas votaron afirmativamente y, por mayoría, el Estatuto de Autonomía, conocido como estatuto de Carmona.
En el Estatuto se destacaban la identidad histórica andaluza y el derecho del pueblo andaluz al autogobierno en el marco de la unidad de la nación española.

                     

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