Nota: 6
En
casi todos los Estados de origen medieval se registró una tendencia
hacia el fortalecimiento de los soberanos y la pérdida de poder de
la nobleza, que generalmente acudió a las cortes reales como
ministros, militares, y servidores. El resultado fue la creación de
monarquías en las que el rey asumía todos los poderes políticos.
Ello conllevaba la creación de ejércitos estables y e una red
administrativa para el gobierno de todos los territorios. No en todos
los lugares se produjo esta tendencia a la concentración del poder
en los monarcas. En Inglaterra, en Holanda y en algunas otros lugares
se iniciaron otras formas políticas que están en el origen del
parlamentarismo moderno.
3.1.
LAS MONARQUÍAS ABSOLUTAS
A lo
largo de la Edad Moderna, las dinastías reales europeas fueron
concentrando cada vez más poder en sus manos. El fortalecimiento de
la autoridad real descansaba, en buena medida, en su capacidad para
extraer impuestos de la población, obtener hombres y recursos, y
mantener un ejercito profesional permanente. Para ello era necesaria
la creación de una Administración pública extensa y eficaz, una
burocracia que controlara todo el territorio incluido dentro de las
fronteras de cada reino. El resultado de ese proceso de acumulación
de poder y crecimiento del Estado se conoce como monarquía absoluta,
la organización política más común en la Europa de los siglos
XVII y XVIII.
La
soberanía real implicaba la facultad de los reyes para decretar las
leyes, administrar justicia y gobernar a todos sus súbditos sin más
límites que su voluntad, una facultad sancionada por el origen
divino del poder real, por legitimidad concedida por Dios. Sin
embargo, en la práctica, ese absolutismo estaba limitado por el
poder que mantenían la Iglesia y la nobleza, que se negaban a
contribuir a las cargas del Estado, y por el peso de los poderes
locales y delas oligarquías urbanas. La autoridad del rey era
absoluta, pero su capacidad para imponerla estaba limitada.
Un
caso excepcional era la república de las Provincias Unidas, formada
en tierras holandesas después de lograr la independencia del dominio
español. y un modelo a imitar, en opinión de los pensadores
críticos con el absolutismo , se encontraba en la monarquía
parlamentaria de Inglaterra, donde después de la revolución y las
guerras civiles del siglo XVII, los poderes del rey quedaron
limitados por el parlamento.
3.2.
EL ABSOLUTISMO ILUSTRADO
En el
siglo XVIII, algunos monarcas absolutos europeos empezaron a ser
conscientes de la necesidad de introducir cambios sociales y
económicos para, así, mantener su poder, Reyes como Catalina II en
Rusia, Federico II de Prusia, José II e Austria, Gustavo de Suecia o
Carlos III de España, abrieron sus Cortes a consejeros y ministros
reformistas que recogían una parte del pensamiento ilustrado. En
estos reinos se tomaron medidas para el impulso de la economía; así,
repoblaron zonas deshabitadas, se construyeron puertos, canales de
transporte y de riego y otras infraestructuras. El programa
reformista perseguía, también, la modernización de la
Administración, el impulso de la ciencia y de la educación, y la
liberalización del comercio y de la industria, En general, estas
medidas no supusieron un cambio en la estructura política de los
Estados. El lema <<<Todo para el pueblo pero sin el pueblo>>
era la máxima que orientaba la acción política de estos monarcas,
llamados <<déspotas ilustrados>>.
REVOLUCIONES
Y PARLAMENTARISMO EN INGLATERRA.
La
monarquía de Inglaterra no puede ser considerada una monarquía
absoluta. El rey tenía el poder ejecutivo, que ejercía junto con su
Gobierno, al que nombraba pero que estaba sometido al control del
Parlamento. Este último tenía el poder legislativo y estaba
compuesto por dos cámaras: la de los Lores (alta nobleza y obispos)
era nombrada por el rey; y la de los Comunes (con 513 diputados),
elegida por burgueses y propietarios acomodados.
El
intento de la dinastía Estuardo de instaurar una monarquía de corte
más absolutista , sin someterse al control del Parlamento, llevó
una serie de guerras civiles o revoluciones. La primera se saldó con
la decapitación del rey Carlos I (1649) y la proclamación de una
república, que Cromwel fue transformando en dictadura. Por ello, a
su muerte, en 1660, el Parlamento devolvió el poder al rey pero a
cambio del respeto a las libertades y al control del Parlamento. La
segunda revolución se produjo en 1689 y con ella el Parlamento
consolidó su poder limitando el poder del rey y otogando para ello
la corona a Guillermo de Orange, que juró la Declaración de
Derechos que lo garantizaba.
EL
ABSOLUTISMO O DESPOTISMO ILUSTRADO
Luis XV
pronunció este discurso ante el Parlamento de París, el 3 de marzo
de 1766, en defensa de su poder absoluto:
<<Es
solo en mi persona donde reside el poder soberano, cuyo carácter
propio es el espíritu del consejo, de justicia y de razón; es a mí
a quien deben mis cortesanos su existencia y su autoridad; la
plenitud de su autoridad que ellos no ejercen más que
en mi nombre reside siempre en mí y no puede volverse nunca contra
mí; solo a mi pertenece el poder legislativo sin dependencia y sin
división es por mi autoridad que los oficiales de mi Corte proceden
no a la formación , si no la registro, a la publicación y a la
ejecución de la ley (...) el orden público emana de mi, y los
derechos y los intereses de la nación , de los que suele hacer un
cuerpo por separado del monarca, están unidos necesariamente al mio
y no descansan más que en mis manos.
El
llamado <<absolutismo ilustrado>> o <<despotismo
ilustrado>> fue una forma de Gobierno común en muchas
monarquías europeas. Dos países rivales, Austria y Prusia, tuvieron
dos monarcas que fueron un ejemplo de este tipo de gobierno
*José
de Austria(1765/1790) , aunque accedió a trono en 1780, ya
desde 1765 bajo el reinado de su madre, María Teresa, se ocupó de
los asuntos de gobierno. Hizo suyo el ideal racionalista de felicidad
para los súbditos, separación de la Iglesia del Estado y
fomento de la tolerancia ante las diversas creencias.
Decretó la libertad de culto y apoyó la libre circulación
de ideas. Centralizó el Gobierno, unificando las leyes del amplio
imperio que regía. Abolió la servidumbre en el campo y prohibió la
tortura, que era legal y aceptada en los interrogatorios.
*
Federico II de Prusia (1712-1786) heredó el joven estado escindido
en 1701 del imperio austriaco. Prusia, germen de la actual Alemania, se convirtió bajo su reinado en la primera potencia
centroeuropea, incorporando Silesia y parte de la actual Polonia. Su
acción de gobierno se caracterizó por potenciar la economía con
una espectacular extensión de los cultivos y la modernización de
las técnicas agrícolas. Era un personaje culto, aceptable músico y
buen escritor. Potenció las reformas universitarias y financió a
los investigadores. Fue un avanzado en educación con la creación de
escuelas primarias. Modernizó el ejército, lo que le valió éxitos
militares en sus guerras contra Austria.
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