Nota: 8
Esta bajada de precios y de beneficios, junto a las ya abundantes quiebras empresariales, llevaron a un descanso impresionante en la actividad industrial, que se redujo casi a la mitad.
Esta caída de la producción redujo el índice de negocios y de beneficios de las empresas, por lo que estas o despidieron trabajadores o redujeron su horario de trabajo. El paro aumentó vertiginosamente, pasando de 1,5 millones en 1929 a 12,6 millones en 1933. Este desempleo afectó tanto a los trabajadores industriales como a los agricultores y supuso una disminución increíble de la demanda, que alimentó aún más la crisis y la paralización económica.
La actividad económica se contrajo en un 50% y los desempleados inundaron las calles y los campos. La miseria se adueñó de grandes zonas del país.
2.3 La extensión de la crisis
Como hemos visto a lo largo del tema, el peso internacional de la economía estadounidense no había dejado de crecer desde la finalización de la Primera Guerra Mundial.
Es evidente que cualquier problema en una economía de esta importancia afectaría a la economía mundial. Y así sucedió. La <<exportación>> de la depresión económica fue rápida y se hizo sobre todo a través de la repatriación de capitales estadounidenses. Así, ante los problemas internos, los capitales invertidos en Europa volvieron a Estados Unidos y, además, se cortó el flujo de la exportación de capitales. Esto afectó sobre todo a Alemania y a los países de América Latina, que habían sido inundados de capitales estadounidenses y que ahora se veían privados de ellos. Sin estos medios de financiación, se dejaron de comprar las mercancías norteamericanas, y los Estados Unidos disminuyeron sus compras de materias primas, cuyos precios bajaron rápidamente, hundiéndose así su economía.
Reparto de leche a los pobres. Queens (Nueva York), 1929
La falta de protección a los parados provocó escenas, como esta de la fotografía, de auténtica miseria en las ciudades. La beneficencia tuvo que encargarse de cubrir las necesidades básicas de una población parada y arruinada.
2.4 Las consecuencias de la Gran Depresión
Muchas son las consecuencias de la crisis del 1929 y la posterior depresión económica.Las clasificaremos en tres grandes grupos: consecuencias en el sistema productivo, consecuencias en la política económica y consecuencias políticas.
2.4.1 Los efectos económicos en el sistema productivo
Descenso de la producción industrial
La producción industrial llegó al mínimo en 1932, año en el que la crisis se agudizó. A partir de aquí comenzó un periodo de recuperación, disperso y que no afectó por igual a todos los países. Si excluimos a la Unión Soviética, la producción industrial mundial no llegó a recuperar los índices de 1929 hasta 1937, para volver a descender en 1938.
Destaquemos el caso de la Unión Soviética, que no se vio afectada por la depresión gracias a su situación de aislamiento económico y a que, en ese momento, se encontraba en un intenso proceso de industrialización. Por eso, Japón tampoco sufrió mucho la crisis y comenzó a recuperarse a partir de 1933.
Disminución de la producción agrícola
También se produjo una crisis en la producción de artículos de primera necesidad. Tanto alimentos como materias primas, ante el aumento de la oferta -superproducción- y el descenso de la demanda -crisis de los países industrializados-, iniciaron una caída libre en sus precios.
Esta situación supuso el hundimiento de países cuyo comercio exterior dependía de unos pocos productos primarios: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, Australia, India...
La extensión de la crisis a la agricultura transformó entonces la depresión en un acontecimiento mundial.
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