domingo, 15 de abril de 2018

2. La sociedad estamental y los primeros cambios

Nota: 10

      La sociedad del Antiguo Régimen era profundamente desigual. Había tres estamentos: la nobleza, el clero y el pueblo. La desigualdad era por el origen, que marcaba a las personas desde su nacimiento y fijaba su destino, con muy pocas probabilidades de cambio y movilidad social. La nobleza y el clero eran los grupos privilegiados del Antiguo Régimen, mientras que las clases populares vivían en extrema pobreza. Una naciente burguesía comenzó a tener poder económico e influencia en las sociedades europeas más dinámicas.

2.1. La nobleza y el clero

      Quienes, gracias a la herencia o a la concesión real, pertenecían a los dos órdenes o estados privilegiados, la nobleza y el clero, disfrutaban de la exención de impuestos y de un estatus jurídico propio. Además de las rentas procedentes de sus posesiones señoriales, estos sectores privilegiados monopolizaban los altos cargos de la Administración, de la Iglesia y del Ejército.

- La nobleza 

      Dentro de la nobleza había notables diferencias: por un lado, la alta aristocracia y los grandes títulos (duques, marqueses y condes) acumulaban un elevado poder político, los numerosos honores y prerrogativas y un inmenso patrimonio económico; por otro, la baja nobleza rural y los pequeños hidalgos, que muchas veces pasaban apuros para mantener su condición social privilegiada.

- El clero

      El nivel de riqueza marcaba también una línea divisoria muy clara en el seno de la Iglesia: el alto clero (cardenales, arzobispos, obispos y abades), de extracción exclusivamente nobiliaria, controlaba los beneficios del rico patrimonio eclesiástico y gozaba de una gran influencia social y política; el bajo clero, compuesto por los curas rurales y la mayoría del clero regular (frailes y monjas), procedía de la pequeña nobleza y algunos del estado llano y vivía de una manera mucho más modesta.

2.2. Las clases populares

      Los privilegiados formaban una minoría muy pequeña, entre un 2% y un 5% de la población total. El resto, la gran mayoría, constituía lo que en España se denominaba «estado general» y en Francia se englobaba con el término «tercer estado». Un conjunto heterogéneo que tenía en común la ausencia de privilegios jurídicos, económicos y sociales.

- El mundo rural

      En el mundo rural se podía distinguir dos grupos: la gran masa de campesinos sin tierra, propietarios y arrendatarios pobres, preocupados únicamente por su subsistencia; también había un pequeño sector de labradores acomodados.

- El mundo urbano

      En las ciudades, el lugar más bajo estaba ocupado por un número considerable de población marginada, vagabundos y mendigos. Las clases populares urbanas estaban compuestas por los artesanos de los gremios (oficiales y aprendices), los criados y demás trabajadores manuales.

      Por encima se encontraba la burguesía, un grupo que incluía pequeños comerciantes y propietarios de talleres y almacenes, funcionarios y profesionales liberales, y grandes hombres de negocios, enriquecidos por las manufacturas y el comercio colonial. Compartían con los demás grupos del tercer estado el interés por acabar con los privilegios del alto clero y de la nobleza.

2.3. El ascenso de la burguesía 

      Durante el siglo XVIII, las ciudades crecieron de manera significativa. Los burgueses, muy activos y dominantes ya en las ciudades holandesas e italianas, se hicieron hegemónicos en gran parte de las grandes ciudades europeas. Su riqueza los hizo tratar de igual a igual a la nobleza. Su poder venía de la riqueza producida en sus empresas, generalmente comerciales. Algunos provenían del campo, arrendatarios o propietarios enriquecidos con los cultivos de exportación. Junto a ellos empezaron a consolidarse atrevidos manufactureros, el antecedente inmediato de los empresarios industriales. Como aliados imprescindibles surgieron nuevas generaciones de banqueros, ya desligados de la dependencia de los gobernantes y dispuestos a hacer negocios con los burgueses más emprendedores.

      A todos estos grupos burgueses, cada vez más numerosos y poderosos, hay que añadir un círculo de profesionales vinculados a la gestión política, letrados, profesores, médicos y hombres de ciencia, que eran aceptados por los círculos burgueses y la aristocracia de talante más abierto.


La estratificación social en el Antiguo Régimen

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Grabado del siglo XVIII, Biblioteca del Arsenal, París, y pirámide de la sociedad estamental en Francia. En la sociedad del Antiguo Régimen, los grupos privilegiados, como la nobleza y el clero, representaban entre un 2% y un 5% de la población, pero el poder, la tierra y la riqueza estaban en sus manos, y mantenían en un estado de opresión al resto del pueblo.

La sociedad del Antiguo Régimen en Francia



El arte en los siglos XVII y XVIII: del Barroco al rococó

      El Barroco surgió a caballo entre los siglos XVI y XVII en Italia y se manifestó en todas las formas de expresión artística: literatura, pintura, artes plásticas, música... Se caracteriza por el dinamismo de la composición (en diagonal, en espiral...), los contrastes de colores, la decoración recargada y, en algunos casos, la incorporación de ilusiones ópticas que dotan a la obra de mayor profundidad. Pero, en realidad, no hay una unidad absoluta en el estilo, pues depende en gran medida del momento y del contexto de cada país y de cada artista. Así, son pintores representativos del Barroco tanto Velázquez, como Rubens o Rembrandt. En Francia, un cuadro representativo de este momento es el retrato de Luis XIV, de Hyacinthe Rigaud.

      El rococó surgió en Francia en el siglo XVII. Representa el gusto de las clases acomodadas del momento, recargado en decoración aún más que el Barroco y centrado en temas que reflejan la vida lujosa y ociosa de estos grupos privilegiados, por lo que fue tildado de frívolo. Una obra representativa es El columpio, de Jean-Honoré Fragonard.

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Retrato de Luis XIV, de Rigaud.                                 El columpio, de Fragonard.







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