domingo, 8 de abril de 2018

1 LA EUROPA DE ENTREGUERRAS: TOTALITARISMO Y DEMOCRACIA

Dos fallos de ortografía
Nota: 8  

             1.1- Una época de crisis


               Tras la Primera Guerra Mundial, el prestigio de las democracias  europeas parecía reforzado. La victoria de los Estados democráticos en ese conflicto dio lugar a la desmembración de los imperios autoritarios y al nacimiento de nuevos países que adoptaron sistemas políticos de carácter liberal parlamentario.
               Ahora bien, en la Europa de la década de 1920 se vivieron unas difíciles circunstancias económicas, acompañadas de una crisis social que revistió características revolucionarias. Los sindicatos y partidos socialistas y comunistas se reforzaron acordando que la revolución soviética había llevado al poder a la clase obrera. Todo ello condujo a una fuerte oposición en las democracias por parte del proletariado y a un enorme temor de la burguesía y las clases medias por no poder controlar una situación que parecía revolucionaria.
               La crisis de 1929 acabó de complicar la situación y creó un ambiente favorable para la desestabilización de esas democracias y para la aparición de dictaduras y regímenes totalitarios.

1.2.- Las democracias ante la crisis

               Ante la crisis económica y la agitación social, los países con fuerte arraigo del parlamentarismo y la democracia consiguieron integrar el socialismo emergente en el sistema, a través del sufragio universal y de la formación de coaliciones políticas amplias. Así fue posible aislar a los partidos más radicales.
               Este fue el caso de Gran Bretaña, cuya situación económica era grave: las industrias (textil, carbón) se habían quedado anticuadas y sus exportaciones se redujeron; en 1921 el país tenía 2,5 millones de desempleados. A pesar de la dureza con la que se reprimieron las huelgas, especialmente la huelga general de 1926, la acción del Partido Laborista permitió canalizar de forma parlamentaria las demandas populares. Agravó la situación la guerra en Irlanda, donde los católicos se alzaron en armas contra los británicos, de mayoría protestante. En 1921 el gobierno británico aceptó la partición de Irlanda.
               En Francia, la crisis económica se extendió en la década de 1930. Se produjeron protestas obreras, contestadas por amplias movilizaciones de la derecha. En este contexto, se originó una gran coalición de republicanos socialistas y comunistas, que formaron el llamado Frente Popular (1936) dentro del marco parlamentario y democrático.
               En Suiza, Bélgica y Holanda, la estabilidad se logró a partir de la formación de coaliciones gubernamentales alrededor de los partidos liberales, mientras que en los países nórdicos (Noruega, Suecia y Dinamarca), los gobiernos socialdemócratas consiguieron, con sus medidas sociales, frenar el ascenso de los radicalismos.
               Sin embargo, preocupadas por sus propios problemas económicos y sociales, las democracias se encerraron en sí mismas y contemplaron sin intervenir el ascenso de las dictaduras en otros países de Europa.

Entrega de comida en Viena (Austria) 1920


La crisis en el Reino Unido

Avance y retroceso de la democracia(1914-1939)

1.3.- El ascenso de las dictaduras

               En los países donde el sistema liberal-parlamentario tenía escasa tradición y los partidos liberales o conservadores se veían impotentes ante la crisis económica y la revuelta social, se establecieron sistemas políticos autoritarios. Eran dictaduras que prometían restablecer el orden, exaltaban el nacionalismo y se apoyaban en los grandes propietarios, el Ejército o la Iglesia para combatir el avance de las ideas socialistas y comunistas. Eran Estados policiales que rechazaban el sistema liberal-democrático porque lo consideraban incapaz de acabar con la inestabilidad social y, sobre todo, con la amenaza del socialismo.
               De esta manera, en 1920, Hungría se convirtió en una dictadura y en 1926 lo hicieron Polonia, Lituania y Portugal. En 1933 sucedió en Austria, y en 1934, en Letonia y Estonia. Las dictaduras se extendieron en la década de 1930 por Grecia, Rumanía y Bulgaria. En España, el general Primo de Rivera protagonizó un golpe de Estado (1923) e instauró una dictadura que daría paso a una república democrática (1931-39), abortada por un levantamiento militar que desembocó en una guerra civil, seguida de la larga dictadura del general Franco.
               En paralelo, el fascismo se extendía por Italia (en 1922, Mussolini era nombrado jefe de gobierno), y los nazis se hacían con el poder en Alemania en 1933. En estos regímenes, las reacciones contra las fórmulas políticas liberal parlamentarias iba más allá y era más peligrosa: definían nuevos proyectos totalitarios e imperiales y se presentaban con la pretensión de crear un "nuevo orden" alternativo, tanto al modelo de sociedad demócrata como al socialista.
               Paradójicamente, en la URSS, cuna de la revolución bolchevique y gran enemiga ideológica de estos regímenes fascistas, se consolidó también un régimen totalitario dirigido por Stalin en la década de 1920 y bajo la hegemonía del Partido Comunista (PCUS).

DOC.3.- Los regímenes totalitarios

               El término totalitarismo fue utilizado en los años 20 del siglo pasado por Mussolini. Con él designaba el régimen implantado por él mismo en Italia pero acabó definiendo a los sistemas de la propia Italia, de Alemania y de la URSS.
               Los totalitarismos no solo rechazaban los principios de la democracia liberal, sino que pretendían controlar totalmente a la sociedad para forjar un "hombre nuevo".
               Aunque tenían entre ellos enormes diferencias ideológicas coincidían en el culto al líder, el partido único, el adoctrinamiento, el terror, la violencia y la persecusión de la oposición.

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