miércoles, 25 de abril de 2018

4.Las unificaciones de Italia y Alemania.

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      Desde 1860, los estados alemanes e italianos llevaron a cabo un proceso de unificación que presentaba claros paralelismos, En ambos casos hubo un estado promotor, el Piamonte en Italia y Pruesia en Alemania, y en los dos la unificación tuvo como principal enemigo al Imperio austriaco. Además contaron con sendos políticos al  frente del proceso: Cavour en Italia y Bismarck en Alemania.

4.1 La unifiación alemana.
Los inicios de la unificación alemana.
     Durante la revoluciones de 1830 y 1848 había aparecido en los estados italianos un sentimiento de resistencia conjunta contra Austria y de pertenencia a un espacio común. Diversas sociedades secretas habían difundido el ideario nacionalista, que tuvo su reflejo cultural en el Risolgimento, un movimiento que reinvindicaba la cultura y la literatura italianas.

    Esta conciencia nacional dio como resultado la aparición de distintos proyectos de unificación: desde los qu e, como Mazzini, planteaba la creación de una república hasta los que concebían Italia como una confederación de estados bajo la presidencia del papa, propuesta defendida por Gioberti.

   Finalmente, se impuso un modelo en torno al reino de Piamonte-Cerdeña, según el proyecto del conde de Cavour, jefe de gobierno con Victor Manuel II.


Las etapas de la unificación.
     La unificación de Italia tuvo que enfrentarse a la oposición del Imperio austriaco, que controlaban los estados del norte; a la del papa, que poseía la Italia central; y la de los Borbones en el trono del reino de Nápoles. Por ello, se produjo en sucesiva Etapas:

  • Anexión de Lombardía. Con la ayuda de la Francia de Napoleón III, el Piamonte derrotó a los austriacos en el año 1859 en las batallas de Magenta y Solferino. Esto permitió la incorporación de Lombardía, pero también la cesión de Niza y Sabolla a Francia. A continuación, Cavour convocó plebiscitos para que Parma, Módena y Toscana se integraran en el Piamonte.
  • Conquista de Nápoles. En el año 1860, una espedición dirigida por Garibaldi al frente de los camisas rojas conquistó el reino de Nápoles-2 Cicilia y se lo cedió al Piamonte.En 1861, se convocó el primer Parlamento nacional italiano, con cede en Turín que proclamó rey de Italia a Victor Manuel II se Sabolla.
  • Incorporación de Venecia. La región del Béneto se integró en Italia tras la derrota austriaca en la guerra contra Prusia en 1866.
  • Ocupación de Roma. La integración de los Estados Pontificios se vio dificultada por la protección ofrecida por Napoleón III al papa, pero, tras la derrota francesa en la guerra contra Prusia ( 1870), las tropas italianas se hicieron con el dominio de la región y proclamaron Roma como capital de Italia.
Las consecuencias de la unificación.
    Italia se convirtió en una monarquía parlamentaria regida según el sistema político y la Constitución del Piamonte. Desde la unificación, Italia pasó a ser una potencia media en Europa.
No obstante el nuevo reino tuvo que afrontar diversos problemas, como la enemistad con el papa debido a la pérdida de territorios y que provocó la ruptura de las relaciones con la Iglesia.

     Por otro lado, el país se vio afectado por un profundo desequilibrio regional entre el norte industrializado y el sur rural y atrasado.



4.2 La unificación alemana.
Los orígenes de Alemania.
     A mediados del siglo XIX, Alemania estaba compuesta por 39 estados, aglutinados en la Confederación Germánica. Los más importantes eran Austria y Prusia, que rivalizaban por su control. El Romanticismo había divulgado la conciencia nacional alemana, basada en una lengua y una cultura comunes. Además, los intereses de la burguesía dieron lugar a la creación en 1834 de una unión aduanera, o Zollverein, en torno a Prusia.

   Tras el fracaso del Parlamento de Fráncfort, la unificación nacional se orientó de dos opciones: una Gran Alemania, liderada por Austria, y una Pequeña Alemania, encabezada por Prusia y que excluiría a los austriacos. 

   Prusia terminó liderando el proceso gracias al liderazgo del canciller Otto Von Bizmarck y del rey Prusiano, Guillermo I.

El proceso de unifiación.
    Para consolidar la unificación, Bismarck tenía que debilitar la influencia de Austria y superar el rechazo de los estados católicos del sur a estar tutelados por una Prusia luterana, lo que consiguió a través de distintas guerras. 
  • Guerra de los Ducados (1864). Aunque eran de población alemana los ducados de Schleswig y Holstein estaban bajo autoridad danesa. La alianza entre Prusia y Austria derrotó a Dinamarca y permitió la incorporación de Schleswig a Prusia y de Holstein a la órbita austriaca.
  • Guerra contra Austria (1866). La victoria prusiana en Sadowa significó la exclusión de Austria del proceso de unificación y permitió la fundación de la Confederación Alemana del Norte bajo el liderazgo de Prusia.
  • Guerra francoprusiana (1870). El conflicto permitió a Bismarck atraerse a los estados alemanes del sur. Tras la victoria en Sedán, se derrumbó el Segundo Imperio francés, y Guillermo I fue proclamado emperador (Kaiser) del segundo Reich alemán. Además, el Tratado de Francfort (1871) cedía a Alemania las regiones de Alsacia y Lorena. Este hecho provocó un fuerte resentimiento en Francia que sería el germen de futuros enfrentamientos. 


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