martes, 17 de abril de 2018

4 ¿Cómo consiguió el Partido Nazi llegar al poder en Alemania?

Tres faltas de ortografía

Nota: 7


¿Cómo consiguió el Partido Nazi llegar al poder en Alemania?

    En la Alemania de 1918, tras la abdicación del Káiser Guillermo II, se proclamó la República de Weimar, basada en una constitución ampliamente democrática. La nueva república estuvo amenazada desde su nacimiento por tres elementos que progresivamente desprestigiaron al sistema democrático:
  •     Las insurrecciones de la extrema izquierda comunista (Liga Espartaquista), origen de constantes disturbios en sus intentos de propiciar una revolución.
  •     La hostilidad de la extrema derecha nacionalista, especialmente grupos de excombatientes, que rechazaban el Tratado de Versalles y contaban con el apoyo de las organizaciones patronales, temerosas de la expansión del obrerismo. 
  •     La difícil situación económica de la posguerra, originada por las deudas de guerra y las reparaciones que Alemania debía pagar a los vencedores.
    En este contexto hay que entender el origen y el ascenso del Partido Nacionalista. Su programa era a la vez nacionalista y anticapitalista, rechazaba la democracia y el comunismo; denunciaba el Tratado de Versalles y la incapacidad de los partidos burgueses, pedía un régimen que garantizase el orden, la autoridad y el trabajo, y era profundamente antisemita.
    Pero fue la crisis económica de 1929 la que dio al partido una buena fuerza imparable, derivada de la convicción de que solo Hitler podría proporcionar a cada ciudadano y a Alemania un futuro de grandeza y prosperidad. 

La fragilidad en Alemania 
















Los orígenes del Partido Nazi

    En septiembre de 1919, Adolf Hitler se adhirió al Partido Nacionalista de los Trabajadores de Alemania (NSDAP) y en 1921 se puso al frente de él. 
    Lo reorganizó y lo dotó de un carácter violento, creando unos escuadrones paramilitares, las SA (Sección de Asalto), y adoptando emblemas como los fascistas italianos (camisa parda, saludo a la romana, cruz gamada...). El partido creció y sedujo a gentes de muy diversas procedencias. 
    En 1923, animados por la toma del poder de Mussolini en Italia, Hitler y sus colaboradores intentaron un golpe de Estado (putsch  de Múnich). Hitler fue detenido y cumplió seis meses de condena en prisión, donde escribió Mein Kampf (Mi lucha), exponente de su pensamiento y programa político:
  •     Desprecio al parlamentarismo y odio al bolchevismo.
  •     Necesidad de un liderazgo único y fuerte para dirigir al pueblo alemán.
  •     Antisemitismo y superioridad de la raza aria.
  •     Necesidad de forjar un Gran Reich, con todos los territorios de población germánica, basada en un programa de expansión territorial. 

Adolf Hitler 

    Nació en una pequeña ciudad ustriaca en la frontera con Baviera. Era hijo de un modesto funcionario de aduanas.
    A los 16 años se quedó huérfano, abandonó los estudios y se fue a vivir a Viena. En 1912 se trasladó a Múnich y, al estallar la Gran Guerra, se alistó en el ejército, donde fue herido y condecorado, pero sin alcanzar más que el grado de cabo.

El ascenso del Partido Nazi 

    Al salir de prisión, el liderazgo de Hitler dentro del partido se había esforzado. Ya era reconocido como Führer (jefe) y en 1925 creó su propia milicia, las SS (Grupo de Protección). Sin embargo, la mejora de la situación económica entre 1924 y 1929 hizo perder terreno a los nazis. Hitler elaboró una estrategia para llegar al poder por vía parlamentaria. Convirtió el partido en una organización de masas e inició una aproximación hacia la muy pujantes organizaciones nacionalistas, las clases medias y las grandes capitalistas.











    La ascensión de Hitler fue acompañada de una intensa propaganda y de una campaña de violencia dirigida contra sindicatos, partidos de izquierda y judíos.

La llegada al poder 

    La crisis económica de la década de 1930 dio al partido una fuerza imparable y en las elecciones de finales de 1930 los nazis habían pasado de 12 a 107 diputados en el Reichstag.
    Con cinco millones de parados a comienzos de 1931, Hitler fue considerado por los círculos militares, la gran industria, la banca, los grandes propietarios (junkers) y amplios sectores de la clase media, como el hombre que salvaría Alemania.
    En las elecciones de julio de 1932 el Partido Nazi obtuvo 230 diputados. El presidente Hindenburg cedió a las presiones de los nacionalistas, los grandes industriales y los jefes del ejército y nombró a Adolf Hitler canciller de Alemania el 30 de enero de 1933.
 
















     Hindenburg con Hitler el día de su nombramiento como canciller.

Evolución del NSDAP y del paro 


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